Cómo evitar se alcanzado por un rayo en montaña

La fulguración por rayo es un accidente muy frecuente en las actividades en la naturaleza. Las estadísticas, aunque imprecisas, estiman unos 240.000 accidentes al año en el mundo, de los cuales un 8/10 resultan mortales.

Debes saber

  • Los principales factores de riesgo para sufrir un impacto de un rayo son el aislamiento y la altura del individuo. Los relámpagos están asociados con nubes del tipo cumulonimbo pero pueden aparecer a más de 16 kilómetros por delante de una tormenta; el 10% de los rayos cae con el cielo azul.
  • El principio y el final de una tormenta son los momentos de máximo riesgo. Debemos utilizar la regla del “30-30”: el peligro es elevado cuando el intervalo entre el relámpago y el trueno es menor de 30 segundos y no disminuye hasta transcurridos 30 minutos tras el último relámpago o trueno.
  • Los teléfonos móviles no propagan el rayo, a diferencia de los de línea de tierra (fijos).
  • La ropa y calzado húmedos no aumentan el riesgo de ser alcanzado por el rayo, pero pueden empeorar las quemaduras y disminuir las posibilidades de supervivencia.
  • La corriente eléctrica también puede trasmitirse sobre cuerdas mojadas.

Prevención

  • Consulta la predicción meteorológica y evita salidas cuando exista riesgo de tormentas.
  • En caso de tormenta hay que alejarse de zonas húmedas (playa, río…), cañerías, cables, objetos altos…
  • En un refugio debemos mantenernos separados de puertas y ventanas abiertas para reducir el riesgo de fulguración. También parece que los refugios muy pequeños no son seguros.
  • Las tiendas de campaña no protegen suficientemente, pues los palos metálicos pueden actuar como pararrayos.
  • Las grandes cavidades y gargantas protegen, pero si son pequeñas y con arroyos estrechos pueden resultar más peligrosas que las áreas abiertas.
  • Hay que huir de las crestas y cumbres y alejarse de árboles aislados, líneas eléctricas y telesillas.
  • Al estar cerca de una pared se forma un triángulo relativamente seguro (la distancia segura horizontal es equivalente a la altura de la pared). Pero siempre hay que alejarse un metro de ésta para evitar ser alcanzado por las corrientes de tierra.
  • Un bosque es más seguro que un claro.
  • Si la tormenta nos sorprende en un lugar abierto, hay que ponerse en cuclillas, con los pies y las rodillas juntas y protegernos la cabeza y los oídos con las manos. Debemos intentar tener el mínimo contacto con la tierra, para reducir al mínimo la corriente que venga de tierra. Sentarse sobre una mochila o cuerda seca también puede ayudar a evitar corrientes de tierra. Nunca hay que tumbarse.
  • El metal no atrae la electricidad, pero es un buen conductor. Esquís, piolet, bastones o una antena sobre la mochila pueden atraer los rayos.
  • Para prevenir el trauma por onda expansiva, el casco no debería quitarse y el alpinista debería atarse a una cuerda de seguridad. En una vía ferrata, hay que moverse tan rápido como sea posible y alejarse de sirgas y escaleras metálicas.
  • Si un grupo de personas es sorprendido por una tormenta, deberían separarse para reducir el número de heridos en caso de corriente de tierra o evitar la transmisión colateral de corriente entre personas.

Alcanzado por un rayo

Si nos encontramos ante una víctima alcanzada por un rayo, tras asegurarnos de que la zona es segura, evaluaremos la actividad cardio-pulmonar e iniciaremos Soporte Vital Básico si es necesario, avisando al 112 para disponer de un desfibrilador lo antes posible.

Las personas alcanzadas por un rayo se benefician de resucitaciones prolongadas; las pupilas dilatadas y/o no reactivas no indican necesariamente mal pronóstico en estos casos.

Los accidentados pueden requerir inmovilización espinal durante la evacuación. Todos los pacientes deben ser transportados al hospital aunque parezca que estén bien, ya que la cantidad de lesión externa no predice la severidad de las heridas internas. Pueden aparecer secuelas serias, como convulsiones, varias horas después.

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