El tema de los desórdenes alimentarios que sufren los escaladores y escaladoras, que he visto recientemente en documental «Light» (vídeo adjunto), me ha hecho reflexionar un poco sobre este tema.
Quizá no ha llegado a ser una enfermedad en mí, pero ¿cuántas veces he estado obsesionado por quitarme esos «kilos de más» que –supuestamente– me alejaban del soñado encadene?
Como indica el experto en nutrición deportiva @LuisRodríguezMartin, uno de los errores más comunes que cometemos a la hora de alimentarnos es el «amimefuncionismo».
A qué se refiere, ejemplos:
- Pues yo me quité los hidratos y mira qué bien estoy, no me entra hambre en todo el día.¿Y qué tal va el proyecto que llevas 4 años probando? Va muy bien para 2025 creo que podré dejarlo con una caída.
- Pues una persona del sector dice que come zanahorias con bistec todos los días y el año pasado terminó la maratón de Nueva York.
- Pues Juanito hizo 5 días de sirope y después pasó volando por la vía, pero después no sé qué le pasó que tuve que llevarlo al coche en brazos.
- Yo desayuno siempre un zumo de limón, 5 almendras y una manzana con un café + aceite de coco, porque un día desayuné esto y encadené.
- Yo al sector me llevo siempre un plátano y un paquete de frutos secos porque lo vi el primer día que fui a escalar.…
¿Y la moraleja? …Lo que un día me funcionó o que le haya funcionado a otro, no significa vaya a funcionar siempre o que te vaya a funcionar a ti.
La ciencia existe y por ello es importante diferenciar lo que es «causalidad» (combinación de circunstancias) de «correlación» (relación entre dos variables)... Menos «amimefuncionismos» y más alimentarse con cabeza.
Foto del autor, Luis Rodríguez, escalando en Villanueva del Rosario, por Javipec Photo