En 2009, un equipo de investigación de la Universidad de Bangor en Gales publicó un estudio que muestra que la fatiga mental afecta el rendimiento físico. El estudio lo formaron dos grupos de personas. Un grupo paso 90 minutos viendo un documental tranquilo y el otro jugando a un vídeo juego exigente. Luego, se subieron a una bicicleta estática para realizar una prueba de esfuerzo. Aquellos que habían estado jugado mostraron inmediatamente niveles más altos de esfuerzo percibido, y renunciaron un 15% antes que los que vieron el documental.
Cómo evitar o contrarrestar los efectos de la fatiga mental
Hay varias ideas, pero ¿qué significa exactamente estar mentalmente cansado? ¿Qué está pasando realmente en el cerebro? Una respuesta la tenemos en el artículo publicado por un equipo de la Universidad de Canberra dirigido por Kristy Martin. La hipótesis básica del estudio es que la fatiga mental es el resultado de la acumulación de una sustancia química llamada adenosina. Donde una actividad cognitiva sostenida quema la glucosa, particularmente en ciertas regiones del cerebro asociadas con «procesos mentales de esfuerzo», como la corteza cingulada anterior. Ese esfuerzo desencadena un aumento en los niveles de adenosina, que a su vez bloquea la liberación de neurotransmisores como la dopamina. El resultado es un aumento en la percepción de esfuerzo y una disminución en la motivación, en otras palabras, una sensación de fatiga mental.
Todos conocemos los poderes contra la fatiga (mental) de la cafeína. Claramente es una ayuda, pues bloquea la acción de la adenosina: tiene una estructura molecular similar, por lo que puede unirse a los mismos receptores en el cerebro, evitando que la adenosina haga su trabajo «sucio».
La conclusión práctica, según los investigadores, es que cualquier cosa que disminuya los niveles de adenosina que se acumulan en el cerebro tiende a mejorar el rendimiento. La cafeína es un buen ejemplo, aunque eso no es nuevo.
Evitar las actividades cognitivamente desafiantes antes de una competición, es otra estrategia que vale la pena considerar
Finalmente, existe el atractivo seductor de entrenar el cerebro para resistir más fatiga mental, de modo que se acumule menos adenosina y hacer que el cerebro sea más eficiente. Tal entrenamiento puede aumentar la cantidad de combustible que el cerebro puede almacenar, al igual que el ejercicio conduce a un aumento en la cantidad de glucógeno que pueden almacenar los músculos. Ambos mecanismos ayudarían a mantener el cerebro adecuadamente alimentado y, a su vez, reducir la acumulación de adenosina.
Pero es importante darse cuenta, que el entrenamiento en sí mismo es una fuente de fatiga mental y, por lo tanto, puede ser la forma de entrenar la resistencia mental. Después de todo, ¿qué es un maratón de varias horas resistiendo el poderoso (y eminentemente lógico) impulso de detenerse?
Fatiga mental y escalada
Entonces, ¿se puede mejorar la fatiga mental? Si estás escalando duro todos los fines de semana y pasas miedo en las vías, obviamente vas a mejorar más este aspecto. Mucho más que un día de entrenamiento en el roco. Pero, ¿hay ejercicios mentales para aumentar el rendimiento sin una carga adicional física? Sospecho que es mejor pensar en las formas de evitar la fatiga mental, ya sea antes o durante la escalada. El artículo ‘Quiet eye’ puede ser un punto de partida.
Fuente: Outsiteonline