La noticia de la repetición del highball ’29 dots’ 8A+ por parte de James Pearson me ha generado un debate interno. Este búlder, con su paso clave a 6 metros de altura y una salida que alcanza los 14 metros, me plantea cuestiones sobre la naturaleza de si es un búlder alto o un solo integral.
Pearson comentó: ‘Cuando no te puedes caer de algo, eso deja de ser un problema de búlder’. Esta observación sugiere que, para él, este encadenamiento no es simplemente un problema de búlder, sino más bien una vía que se escala en solo integral.
El concepto de solo integral generalmente lo asocio a vías de escalada deportiva, aunque hay excepciones notables como las realizadas por Alex Honnold, Alex Huber… en las grandes paredes del mundo. Sin embargo, lo más común es ver solos integrales en rutas de «pocos» metros (deportivas).
Aunque los búlder altos se denominan highballs, no todos presentan zonas fáciles o de transición después del crux que no suele estar a «alturas» significativas. La mentalidad, concentración y riesgo del escalador en estos casos se asemejan más al solo integral que al búlder alto.
La autocrítica de Pearson tras la repetición de ’29 dots’ me plantea preguntas interesantes sobre los límites entre un búlder alto y el solo integral, y cómo la mentalidad del escalador puede influir en la percepción de un encadenamiento en particular.