Abrir vía no es subir de primero, es colocar por primera vez anclajes en un tramo de pared virgen hasta ese momento. Si te interesa saber más sobre cómo abrir vías de escalada deportiva, continúa leyendo.
No hay que frustrarse, a abrir vías, sean buenas o mediocres, no te enseña nadie (y a equipar casi tampoco). En el proceso de equipar hay que ser un poco autodidacta, creativo y disfrutar haciéndolo… para completar todos esos puntos vamos a ordenar algunas ideas y husmear en nuestros recursos como escaladores.
👉 Manuales más técnicos si tienes pensado ponerte manos a la obra: Manual de equipamiento de la FEDME y Guía práctica del equipamiento de vías de escalada deportiva del club Andino Barreal
¿Cómo empezamos a equipar una vía?
No se trata de abrir cualquier cosa en cualquier sitio, aunque no dudes que por muy buena que sea tu nueva vía jamás gustará a todos. Para plantearte la conveniencia de trazar una nueva ruta debes analizar:
- ¿Cuentas con la formación y experiencia mínima necesarias?
Aunque la formación de aperturistas y equipadores suele ser autodidacta, siempre es bueno equipar tus primeras vías con un equipador experto. - ¿Es compatible con el medio ambiente?
Desiste si pasa cerca de nidos, está cubierta de vegetación –incluido el menospreciado pero valioso musgo– o el pie de vía es muy frágil por abundancia de pequeños árboles, especies vegetales valiosas o tránsito habitual de animales. - ¿Perjudica a las vías de otros?
Desiste si va demasiado cerca, coge tramos en común, o la cruza varias veces. - ¿Es lógica?
Que no tenga un trazado rebuscado (porque apenas quede espacio libre entre vías) o que no sea demasiado sinuosa para que vaya por los sitios más difíciles o más asequibles. - ¿Respeta la ética de la zona o es demasiado diferente?
Un asunto peliagudo, por lo que antes de ponernos a equipar deberíamos escalar en la zona, contactar con otros equipadores. - ¿Eres capaz de colocar los anclajes adecuados y de forma segura?
No aparezcas solo con unos pocos empotradores de los felices años ochenta o con tacos de ferretería porque la liarás bien gorda… - ¿Dónde se encuentra la vía?
Verifica que el tipo de terreno: municipales, privados, espacio natural protegido o con acceso por una vía pecuaria. No equipes en el interior de una finca privada sin permiso del dueño, ni aparques en sitios que puedan impedir la entrada a parcelas o a los servicios contra incendios.
Anclajes aconsejados
Si distinguimos los seguros en función de su resistencia, tendremos:
- Anclajes de progresión (de 100 a 300 kg).
- Anclajes de aseguramiento (de 500 a 2.000 kilogramos).
- Anclajes de reunión (convenientemente montada, lo ideal es que supere los 22 kN es decir los 2.200 kilogramos).
Pero esta clasificación tan breve y teórica no es fácil de valorar en la realidad. En general tendremos en cuenta qué estamos abriendo o equipando.
Para escalada deportiva sobre roca dura deben preferirse anclajes tipo parabolt de 90 a 120 milímetros de longitud, en métrica 10 como mínimo (preferentemente 12 para desplome o pasos duros con multicaídas).
En rocas blandas los químicos con resina epoxy (nada de adhesivos de poliéster, uretano o vinilo), son lo mejor, pues trabajan por adherencia y no por expansión.
Las mejores resinas del mercado, Sika AnchorFix 3+ y Hilti RE-500, superan los 30 años de vida.
En junio de 2010 el responsable de equipamientos de la Federación Francesa, Jean Marc Troussier publicó un artículo sobre el excelente envejecimiento de los químicos: ¡2.850 kilogramos de resistencia en una prueba sobre caliza de un tensor puesto con Sikadur 31 en 1986!
Deben evitarse los parabolts del 8 y los espits por su insuficiente resistencia, de 250 a 1.400 kg según la dureza de la roca.
Colocación
En deportiva lo más habitual es que se coloquen los anclajes con un taladro de batería con percusión electroneumática y 24-36 voltios, pesan unos 4-4,5 kg y los hay bastante caros y otros realmente baratos. La diferencia, a grandes rasgos, el número de agujeros realizado y el tiempo en realizarlos.
Metodología básica
En itinerarios de deportiva, tras colocar la reunión, lo ideal —si el muro lo permite— es probar en polea la línea a equipar. El emplazamiento puede ser marcado con trozos de esparadrapo blanco adheridos previamente a la parte del pecho, mejor que con magnesio que dificulta las rectificaciones.
Vistos desde el suelo en general deben seguir un trazado más o menos rectilíneo, aunque los pasos puedan ir a su izquierda o derecha y evitar que cuando se coloquen los anclajes se pueda producir una caída hasta el suelo.
La cinta exprés tiene que poder rotar 360 grados sin que ninguno de los mosquetones tropiece con protuberancias de la roca y el marcaje tendrá en cuenta que no existan grietas ni esquinas a menos de 30 centímetros del futuro anclaje.
El descuelgue, ya sea de dos argollas o cadena debe permitir descender por el eje central de la vía sin excesivos péndulos, por lo que en ocasiones tendrá que emplazarse a un lateral del final de la vía y en todo caso siempre donde la cuerda roce menos y no exista peligro de aristas cortantes.
Qué no hacer
• Equipar vías con ‘alegría’ en zonas de iniciación.
• Espaciar demasiado los tres primeros seguros o racanear en los descuelgues instalando un mosquetón de ferretería.
• Sikar grandes bloques (mejor tirarlos —con cuidado y control—), tallar a diestro y siniestro, talar o acondicionar los pies de vía arrasando con la vegetación.
• Enfrentarte con un agente forestal. Un forestal es también un agente de la autoridad, no lo olvides.
• Tener prisa para equipar o buscar excusas (que si sólo tengo un día libre, que si apenas dispongo de dinero…) para colocar anclajes de baja calidad o demasiado cortos/finos.
• Dejar bloques peligrosos, pensando que ya tendrán cuidado los que suban por ahí.
• Sobreapretar los parabolts usando las dos manos sobre la llave.
Lo que a menudo no se cuenta
Todos tenemos nuestras incongruencias, pero en estos tiempos un tanto atacados, en los que casi nadie se comporta (ni escala) como predica, debemos esforzarnos en mostrarnos más autocríticos con nosotros mismos y más indulgentes con los demás.
Eso te afecta como aperturista: tus vías no siempre constituyen una obra de arte y las de los demás una castaña. Por muy buenas que sean, siempre habrá quienes las ridiculicen, cuestionen o incluso de cuando en cuando pretendan desequiparlas o sobreequiparlas.
Da igual que pongas pocas chapas o muchas, que la ruta desplome o sea de adherencia, que se trate del rutón de tu vida… Debes estar preparado para recibir muchas más críticas que felicitaciones, escuchar para intentar aprender del máximo número de gente posible y defender tus ideas sin obsesionarte por convencer a quienes te miran de reojo.
No se puede gustar a todo el mundo y… ¡eso es un alivio! Conozco casos en los que varios aperturistas enseñan generosamente sus vías como un tesoro y a cambio reciben poco más que comentarios desdeñosos. Y a menudo eso resultará independiente de la calidad del itinerario…
Y por último, si eres capaz de encontrar un/a compañero/a con inteligencia natural para resolver esas situaciones imprevistas que no aparecen en manuales ni revistas, capaz de inventar soluciones improvisadas que no se aprenden en cursillos ni en blogs, alguien que tarda pocos minutos en descifrar por dónde transcurrirá vuestra nueva línea ¡no lo sueltes y abre bien los ojos… y las orejas!