En 1991, Bernabé Fernández encadenaba Harakiri, una vía del sector Recodo del Chorro y que está considerada como el primer 8c del país.
Con tan solo 17 años, Bernabé Fernández equipó una impresionante línea desplomada con chorreras y pasos dinámicos. La vía estaba formada por dos largos: el primero, de unos 20 metros y graduado de 8c; el segundo, de 25 metros adicionales, con una dificultad de 8a+. Según el joven Bernabé, encadenar los 45 metros de la combinación podía llegar a rozar el 8c+.
La primera ascensión de Harakiri (L1) la firmó el propio Bernabé Fernández en septiembre de 1991. Poco después, también logró encadenar el segundo largo por separado.
El enlace de ambos largos, sin embargo, se hizo esperar. No fue hasta 1994 cuando el británico John Dunne logró unirlos en una sola ascensión, otorgando a la versión completa de Harakiri una propuesta de 8c+, que confirmaba la intuición inicial de Bernabé.
A lo largo de los años, la vía no ha sido especialmente popular entre los repetidores, aunque se registran encadenamientos de hace más de dos décadas a cargo de escaladores de la talla de Steve McClure o Pablo Barbero.
El verdadero primer 8c español
Cuando Bernabé Fernández encadenó Harakiri (8c) ya existía en España otra propuesta con esa misma dificultad: El Sicario de Escalete, en Huesca. Patxi Arocena la había encadenado en mayo de 1990, una espectacular placa desplomada de 25 metros equipada por Javier Arnaudas. Sin embargo, la vía todavía no contaba con ninguna repetición cuando nació Harakiri.
La primera repetición de El Sicario llegó en 1992 de la mano del francés Philippe Laberne, quien propuso una graduación ligeramente más baja: 8b+. Ese mismo año, Carles Brascó y Yann Ghesquiers coincidieron en la misma valoración, y en 1994 Rikar Otegi también se inclinó por el 8b+.
Con aquella decotación confirmada, Harakiri escaló un peldaño en la historia y se consolidó como el primer 8c español.